No, la Masonería es una institución que no impone dogmas ni es un grupo disidente de la religión o las iglesias. Tampoco se dedica a practicar rituales inmorales, pseudo-esotéricos, mágicos u otros de naturaleza similar. No impone a sus miembros una conducta específica a seguir ni limita su libertad para relacionarse con otras personas. La Masonería no se basa en un liderazgo unipersonal intocable o santificado.

El ingreso a la Masonería es libre y voluntario, y de la misma manera, el individuo puede decidir dejar de asistir a la Logia. La Masonería promueve la virtud, el honor, el talento, la moral, la ética y las buenas costumbres, así como la filantropía, el civismo y el amor a la patria. Sin embargo, es en el fuero interno de cada miembro, en el libre ejercicio de su albedrío, donde se decide si seguir o no las enseñanzas de la Masonería.